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Geoffrey Recoder
Cortesía

El juego que no cansa | Nunca Rendirse

2025-08-18 14:53:00

Una lección desde el deporte y la historia. Un momento cada vez más presente

Hoy, 18 de agosto, se conmemora el “Día de Nunca Rendirse”. Una fecha simbólica que invita a reflexionar sobre la capacidad humana de sobreponerse, persistir y resistir, incluso cuando las fuerzas parecen agotadas. En el deporte, este principio no es solamente una consigna motivacional, es la esencia misma del entrenamiento, la competencia y la vida. No rendirse significa avanzar un paso más, dar un esfuerzo extra, romper la barrera del cansancio y, en muchos casos, descubrir que el límite que creíamos infranqueable era en realidad el umbral de nuestras verdaderas capacidades.

Cuando pienso en esta conmemoración, inevitablemente me viene a la mente la figura mítica de Filipides, el soldado y corredor griego cuya narrativa se ha convertido en la metáfora eterna del sacrificio y la resistencia. No se trató únicamente de un hombre que corrió de Maratón a Atenas para anunciar la victoria sobre los persas, como suele contarse en la versión más popular. Antes de esa carrera final, Filipides había recorrido un camino todavía más exigente: fue enviado desde Atenas hasta Esparta, recorriendo aproximadamente 240 kilómetros en busca de ayuda militar; luego regresó otros 240 kilómetros con la negativa espartana de intervenir; se trasladó a Maratón corriendo 40 kilómetros para unirse a su ejército, y tras la victoria, fue enviado a Atenas corriendo otros 40 kilómetros con un mensaje que iba más allá del célebre “hemos vencido”, y después del anuncio, fallecer por la cantidad de kilómetros recorridos, y/o por sus heridas producidas en la batalla.


La llegada de Filipides a Atenas tenía un propósito vital: además de anunciar la victoria en Maratón, debía advertir que el ejército persa no había sido destruido, sino que se estaba reagrupando y movilizando por mar hacia la playa más cercana a Atenas para lanzar un nuevo ataque. Gracias a este aviso, los atenienses pudieron reaccionar con rapidez. El ejército que había combatido en Maratón emprendió una marcha forzada hacia Atenas para adelantarse al enemigo y estar listo para repelerlo si era necesario. Es decir, la carrera de Filipides no fue solo el grito de triunfo, fue también un llamado urgente a no bajar la guardia, a no rendirse ni siquiera después de haber ganado una batalla.


El mito de Filipides no es un relato de derrota, sino el símbolo más puro del “nunca rendirse”. Su cuerpo cedió, pero su voluntad y deber lo llevaron hasta el final. En el deporte, esta misma narrativa se repite en cada entrenamiento al amanecer, en cada lesión que se supera, en cada derrota que se convierte en aprendizaje y en cada triunfo que llega después de meses o años de esfuerzo silencioso.

Hoy, cuando observamos a un atleta empujarse más allá de su fatiga, cuando vemos a un equipo levantarse después de una derrota, o a un corredor amateur completar un maratón que parecía imposible, estamos viendo reencarnada la filosofía de Filipides: el camino es largo, duro y muchas veces injusto, pero lo esencial es no abandonar.

La grandeza del deporte no radica únicamente en las medallas, los récords o los aplausos de los estadios llenos. Radica en esa obstinada insistencia en levantarse tras la caída, en volver a intentarlo después del fracaso, en seguir adelante cuando las piernas tiemblan y la mente duda. Es en ese momento donde se revela la verdadera victoria: la de no haberse rendido.


Este 18 de agosto, Día de Nunca Rendirse, debemos recordarnos a nosotros mismos que la vida, como el deporte, está hecha de desafíos que parecen insuperables. Sin embargo, como lo demostró Filipides hace más de dos milenios, lo imposible se vence corriendo, paso a paso, con fe en la causa y con la convicción de que nunca rendirse es, en sí mismo, la mayor de las victorias.

 

 

 

 

 

El juego que no cansa

Alfonso Geoffrey Recoder Renteral

Especialista en gestión, dirección y administración en el deporte, doctor Honoris Causa, posdoctorando en Derecho, doctor en Ciencias de la Educación, doctorante en Administración y Política Pública, maestro en Gestión de Entidades Deportivas, maestro en Administración, maestro en Ciencias de la Educación con especialización en Gestión de Estudios Superiores, maestrante en Ciencias del Deporte, maestrante en Metodología del Entrenamiento Deportivo, maestrante en Periodismo y Comunicación Deportiva, licenciado en Educación Física, licenciado en Derecho.

 


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